ACTITUD DEL AUXILIADOR

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¡Hay que estar preparado…!  Una de las frases más célebres en el ámbito de las emergencias, pero… ¿realmente lo estamos?

Constantemente nos entrenamos para situaciones que podríamos controlar con elementos necesarios, con el personal apropiado, pero nunca nos entrenamos para las situaciones en las que nos encontramos solos o simplemente no tenemos con que atender algún lesionado. Éste es el momento en que todo se nos nubla y parece imposible y muchas veces nos abstenemos de actuar por el miedo a no poder con la situación, ya que no contamos con todos los elementos y consideramos que es imposible suministrarle algún apoyo o asistencia al lesionado.

Es por eso que se hace indispensable conocer los números de emergencias de nuestra ciudad (Santiago de Cali: 123 – 620 68 20) y hacerlos conocer de todos los miembros de la familia. Tener siempre a mano un registro de las enfermedades y medicamentos que se toman, tener un botiquín de primeros auxilios en el hogar, en el trabajo, en el vehículo y en todas partes donde sepamos que no hay. Además, lo más importante, entrenar continuamente para que las habilidades que tengamos en la atención de lesionados no desmejore y cada día se fortalezca más.

El paciente es la persona más importante en el escenario de una emergencia. No hay tiempo para pensar en el orden en que se realiza su evaluación, ni la prioridad entre tratamientos. No hay tiempo para practicar una maniobra antes de aplicarla a un paciente.

Sin un conocimiento y un equipo  adecuados, se podrían omitir procedimientos que garantizarían la oportunidad del paciente para sobrevivir. En el momento de actuar se tiene mucha responsabilidad como para permitir equivocaciones.

Hasta ahora sabemos que la persona que proporciona primeros auxilios puede marcar la diferencia entre una emergencia y una urgencia. Puede reconocerla y también sabe que lo peor que puede hacer es no hacer nada e ignorar la situación.

Cuando una emergencia se presenta, el primer respondiente se puede sentir confundido, y para evitar ésto,  debe entrenarse para permanecer en calma ante la situación y pensar antes de actuar.

Igualmente  debería realizarse  las siguientes preguntas: ¿Qué debo hacer?, ¿Qué es lo mejor que puedo hacer?.  Estas preguntas responden a tres acciones básicas que se deben seguir cuando se enfrenta a una emergencia.

a) Valorar la escena y el lesionado

b) Llamar a la linea de emergencias.

c) Proporcionarle cuidado al lesionado hasta que llegue la ayuda profesional al sitio.

VALORANDO LA ESCENA Y AL LESIONADO

Antes de evaluar  al lesionado se debe estar seguro de que en el área no se originará ningún peligro para el auxiliador y para las demás personas que se encuentren allí.

Al tiempo que se mira la escena debes preguntarte lo siguiente:

a)  ¿La escena es segura?

b)  ¿Qué fue lo que pasó?

c)  ¿Cuántos lesionados hay?

d)  ¿Hay alguien más que pueda ayudar?

Existen algunos elementos que podrían generar riesgo en la escena, tales como derrames de productos químicos, presencia de fuego, cables eléctricos sobre el piso y demás que no cabe mencionarlos en este texto. Más  aún, cada una de las personas que respondan ante una emergencia deben usar su sentido común para identificar aquellas situaciones o aquellos elementos que ponen en peligro su vida e integridad física. Si por alguna razón la zona es insegura, el primer respondiente no deberá acercarse a ésta, más bien deberá ubicarse en una zona segura y llamar a la línea de emergencias y notificar la situación.

Se debe dejar que los profesionales en algún área, como los bomberos, la policía, los guardas de transito o algún otro grupo entrenado aseguren el área antes de intentar ingresar a ésta. Recuerda que los héroes heridos o muertos no pueden ayudar a nadie.

Una vez se ingrese al área se deberán buscar pistas que conduzcan a comprender  lo que pasó, por ejemplo, una escalera en una posición inadecuada, vidrios rotos alrededor, algún elemento o sustancia médica que pueda indicar intoxicación o que nos puedan guiar exactamente a lo ocurrido.

Indispensable que se busquen más lesionados. Es normal que al principio sólo se observe una víctima, ya que se puede estar confundido, y aún más cuando alguien grita o sangra profusamente, pero es importante identificar la calidad de lesionados existentes para poder solicitar la ayuda adecuada. Inmediatamente se llegue a la víctima se debe verificar nuevamente la escena para identificar peligros que se pasaron por alto al principio.

Luego de ésto, hay que tener en cuenta que el lesionado no se debe mover a menos que sea estrictamente necesario, como en caso de fuego, colapso inminente de estructuras, etc.  Si el paciente yace sobre el suelo, no se mueve, no habla, se verifica su estado de conciencia, para ésto se debe tocar suavemente en el hombro y llamarlo. Si se sospecha trauma cervical se asegura la cabeza antes de llamarlo.

LLAMANDO A LA LÍNEA DE EMERGENCIAS

Como sabrán, activar la línea de emergencias es una de las labores más importante que un primer respondiente puede realizar. Activar el sistema de emergencias médicas,   asegura que  personal debidamente entrenado llegue a la escena lo más pronto posible. Cuando se decida realizar esta acción, en lo posible  debe ser una persona que no esté proporcionado ayuda al lesionado, las personas más adecuadas son los curiosos, con el fin de garantizar que la ayuda sea constante en todo momento.

La manera adecuada y correcta para mandar a los curiosos a activar el SEM es la siguiente:

·      Señalar a una persona llamándola por alguna característica particular.

·      Utilizar una voz imperativa.

·      Darle el número al que debe llamar, ya que la gran mayoría no sabe cuales son los números de emergencia.

·      Pedirle que regrese a confirmar que ha hecho la llamada.

Ejemplo:

¡Hey tu! El de la camisa verde. Ve, pide una ambulancia al 123, di que una persona adulta se encuentra inconsciente, regresas y me avisas.

Pero hay situaciones en las que el primer respondiente se encuentra solo y es el único que conoce de la situación, en este caso la persona debe buscar rápidamente el teléfono más cercano y solicitar la ayuda necesaria al 123, luego de ésto debe regresar con el lesionado y suministrarle el soporte que requiera.

Algunas persona han tratado de ilustrara la mejor manera de atender, cuando es el mejor momento para activar la línea de emergencias, pero la verdad es que no hay  una norma sólida y rápida que nos indique cuando se debe llamar. Es más importante usar el juicio propio y actuar con cordura, pero ante todo, la norma general sería “SI TENGO DUDA… LLAMO”.

Ahora, es necesario entender que no sólo se debe activar la línea de emergencias para los pacientes inconscientes víctimas de accidentes de tránsito o aquellas víctimas de trauma; también hay que hacerlo para aquellas personas con eventos no traumáticos, es decir, si una persona presenta problemas para respirar o con dolores en el pecho asociados a problemas respiratorios, etc. Todo ésto con el fin de garantizar una adecuada resolución de los problemas que acontecen, y evitar las llamadas muertes prevenibles.

 

PROPORCIONANDO CUIDADO AL LESIONADO

Una vez sean valorados la escena y el lesionado, se debe proporcionar a éste un cuidado adecuado y eficaz, mientras el personal entrenado llega para hacerse cargo de la situación.

Para poder realizar esta acción  se deben seguir varios pasos:

Tratar de atender primero a los inconscientes o con lesiones que comprometan la vida, pero que sean recuperables, en vez de aquellos que no comprometen su vida o que tengan signos claros de muerte.

Al hacer ésto, se deben evaluar constantemente los cambios en la respiración y en el estado de conciencia.

Cuando nos encontramos ante un paciente consciente que pueda comunicarse adecuadamente,  se recomienda que el primer respondiente se presente a sí mismo y le haga saber su conocimiento y la forma en que desea ayudarlo, obteniendo así el permiso para ayudarle. Pregúntele que fue lo que le pasó, si está herido en alguna parte, si le duele, cómo es el dolor, cuando le inicia y cuando le cesa.

Después de ayudar al lesionado, el primer respondiente deberá tomar la decisión sobre su trasporte, si éste se encuentra lo suficientemente bien como para ser llevado por otras personas o por el auxiliador hacia un centro asistencial,  pero hay que tener mucho cuidado al tomar estas decisiones, ya que en un vehículo particular, por ejemplo, el paciente se puede complicar y no se contaría con los elementos adecuados para atenderlo. Además, éste no está diseñado para transportar lesionados, por lo tanto no proveerá las condiciones necesarias, en  cambio, si puede generar más lesiones o agravar las que ya tiene.

“´Cuando responda a una emergencia, recuerde siempre seguir tres pasos generales: valorar, llamar y cuidar. Éstos ayudarán y guiarán a mantener la seguridad para usted y para los demás. Si sigue estos pasos adecuadamente podrá darle las mejores oportunidades de sobrevivir a sus pacientes”.





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